Mi bisabuela decía siempre, “hay cosas que los hombres no deben saber”, al principio me daba risa, pero con el paso del tiempo he descubierto que por abrir la boca, muchas veces acabo arrepentida.
Es que solemos confundir, la confianza que depositamos en nuestra pareja, con la confesión brutal. Acabamos comportándonos como unas bocazas que soltamos todo lo que pensamos y sentimos, la motivación es buena, queremos que nos conozcan de forma sincera, pero luego, mucho de lo que decimos con la mejor de las intenciones, acaba siendo utilizado en nuestra contra.
Mujeres y hombres somos diferentes, ya lo dice ese libro, las mujeres son de venus y los hombres de marte, por lo tanto, la peculiar manera de interpretar y descifrar datos, marca la diferencia.
Mientras las mujeres compartimos información, los hombres perciben ese interés en informar como dar explicaciones, y por eso la evaden.
También es muy frecuente que cuando sólo tenemos la necesidad de expresar algo que sentimos, ellos creen que exigimos soluciones.
Por eso es muy importante saber qué decir o no decir, y no es con el afán de mentir u ocultar, sino con el propósito de salvaguardar las buenas relaciones.
“Nosotros nos decimos todo” –comentan algunas chicas acerca de sus parejas. Pregunto ¿Cómo estás tan segura de eso?… ¿Cuentas hasta tus pensamientos más íntimos? Por supuesto que no, siempre nos reservamos algo, y es maravilloso. Es nuestro mundo. Y es válido, todos lo tenemos, es saludable además. Si te enojas con tu jefe y en tu mente lo ves caer de un avión sin paracaídas, no es lógico que al día siguiente le pidas perdón por eso. Siempre buscamos deshacernos de las personas que no nos caen bien o nos incomodan. Por eso soñamos que la gente muere, no es que realmente estemos deseando la muerte, sino que el inconsciente simplemente te está revelando lo que sería poder liberarnos de lo que nos molesta.
En relación al tema que nos confiere, hay una lista enunciativa, de circunstancias que no deberías narrar –NUNCA-.
Cosas que nunca debes decirle a tu pareja:
Hablar de tu ex, llamarlo por su nombre o mencionar a qué sitios frecuentaban.
Nunca comentar sus aspectos físicos en los que no destaca favorablemente.
Indicar el número de parejas sexuales que has tenido.
Compartir las claves de tus redes sociales o computadora.
Prestarle el teléfono para que revise tus mensajes y así “confíe en ti”.
Comparar a su madre con alguien o contigo misma.
Contar las intimidades de tus amigas.
Llamarlo con insultos en los momentos de enojo, eso propicia violencia.
Hacerte pasar por quién no eres.
Lo que pertenece al pasado, ya no existe, por lo tanto no mires para atrás, lo referente a tu “autoestima” como lo dice la palabra es “auto” es personal y propio de tu mirada, expandir ideas sobre lo que no te gusta de ti, en caso de pelea será un arma que él sabrá utilizar; aprender a separar parejas de amigos y mantener los universos paralelos, salvará tus amistades de malos entendidos.
Tus reflexiones, quejas, y malestares saben mejor mediante una charla entre quienes comparten la misma mirada sobre la vida. Te podrás desahogar a gusto y llegarás a los brazos de él renovada.
Entender que cada quién tiene su espacio y su modo de comunicarse y entender, facilitará el camino hacia la empatía.
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