jueves, 14 de enero de 2016

Bello Mensaje para un Hijo/a



Querido Hijo(a)
Tú eres una persona única y muy especial,


Te quiero mucho y Dios también te ama, 
por ese maravilloso amor tú puedes ser victorioso,
puedes vencer en cualquier problema
si tienes la actitud correcta, si te esfuerzas
y además si buscas la ayuda de Dios. 


hasta lograr tus buenos propósitos.

Dios quiere que tengas paz,
no solo paz con los demás sino contigo mismo,
que sepas perdonarte si has fallado,
que aprendas a no dejarte esclavizar 
por ningún pensamiento que quiera atrapar tu mente,
sino que pienses en lo verdadero,
lo justo, lo puro, lo amable, lo que tiene virtud.
Sé que si tus pensamientos están en estas cosas
harán una transformación en ti,
serán como un filtro en tu interior.



Valora lo que te hemos enseñado en casa,
la valentía, el esfuerzo, la verdad,
la honestidad y el compromiso 
que nunca se aparten de ti.

domingo, 10 de enero de 2016

Cambiándote a ti, cambiaras al Mundo



Éstas son las palabras de un maestro anciano:



"Cuando era joven, me dolía el corazón por la violencia e injusticia de este mundo. 
Quería con toda mi alma darle un sentido profundo a mi existencia.

Reflexiones de Vida, Quería que, al morir, mi vida hubiera servido para marcar una diferencia en este mundo, aunque tuviera que pagar un precio muy alto para hacerlo. Por eso mi oración era:

"Señor, dame la fuerza y la sabiduría para que mi vida contribuya a mejorar la adversa situación de este mundo."



Después, siendo un hombre ya maduro, me di cuenta que no había podido cambiar nada, que el mundo continuaba igual o peor. Estaba frustrado porque me sentía impotente, entonces modifiqué mi oración de la siguiente manera: 

"Señor, ya que no pude cambiar el mundo, dame la fuerza y la sabiduría para ayudar a cambiar a mi familia y a mis cercanos."

Ahora que soy un anciano, me doy cuenta de lo ingenuo y arrogante que fui al tratar de cambiar a los demás. En mi infancia me enseñaron que todos mis problemas eran culpa de otros, que mi felicidad y mi progreso no dependían de mí. Cuan equivocados estaban. 


Como derroché mi vida fijándome en los errores de los que me rodean, culpando a los otros de mis problemas, en vez de enfocarme en reconocer y corregir mis propios errores, mi oración ahora es:

"Señor, dame la fuerza y la sabiduría para aprender a ver y a reconocer mis errores, para utilizar mi fuerza y mi poder personal, para ser cada día alguien que sabe crecer y elegir la acción constructiva en vez de la queja"



¿Cuán diferentes serían nuestras vidas, si la energía que hemos gastado en culpar a los demás de nuestros problemas, la hubiéramos empleado en resolverlos? Poco puedes hacer para cambiar al resto y mucho para cambiar tú mismo. 

Sólo por hoy elige pensamientos y emociones positivas. Notarás la diferencia.